jueves, 24 de junio de 2010

Una búsqueda de los orígenes


Mientras crecía en el bloque de edificios Washington en el este de Harlem, en los años setenta, el cantante Marc Anthony se dio cuenta muy pronto de que "las familias se podían identificar por la música que salía de sus ventanas".

Cuando se movía, recordaba hace poco, podía escuchar a Marvin Gaye en un departamento, Ray Barretto en otro, los Bee Gees en un tercero. Con 41 y años y una docena de CD grabados, Anthony sigue siendo el resultado de todas esas influencias, negándose a limitarse a solamente una de ellas.

Sus grabaciones oscilan entre el español y el inglés, en los conciertos salta de la salsa al hip-hop y el pop `mainstream` y en programas de beneficencia de las noches de jueves puede incluir temas rockeros como Hotel California, de The Eagles. Actualmente está complicando aún más la mezcla con el lanzamiento de Iconos, un nuevo álbum de baladas románticas en español que estaban de moda cuando era un niño.

"No soy un cantante de salsa que quiere cantar en inglés, ni un chico norteamericano que desea cantar en español", sostuvo durante una entrevista en la mansión de Long Island en la que vive con su esposa desde hace seis años, la actriz y cantante Jennifer Lopez, y sus dos hijos mellizos de dos años, Max y Emme. "Lo mío es la música. Punto".

Su nuevo disco, una ruptura con algunas de sus propuestas anteriores, lanzado a fines de mayo y ya en su segundo mes como número uno en el `ranking` de música latina, es una elección lógica. Anthony nació Marco Antonio Muniz, nombre de un popular cantante mexicano que su padre, también cantante, empleado de un hospital, y su madre, admiraron largamente junto a otros baladistas como Juan Gabriel, José José y Roberto Carlos, todos los cuales figuran en la grabación.

RECUERDOS. "Hay canciones que recordamos de nuestra infancia porque nuestros padres las oían constantemente: canciones emocionales y pasionales que no podíamos entender completamente entonces", dice el productor, compositor y arreglador Julio Reyes, que trabajó en el disco con Anthony. "El desafío es homenajear debidamente a esas canciones mientras invitamos a un público más joven a conocerlas y a sentir lo mismo que nosotros".

Pero los álbumes como Iconos (que también contiene dos nuevos temas que Anthony y Reyes escribieron en un melodramático estilo similar al de las otras canciones) son contemplados a menudo como meros operativos comerciales, y eso puede ocurrir con este. Entre su vuelco hacia la actuación, interpretando el papel protagónico de El cantante (2007), una película sobre la vida y la muerte del intérprete de salsa Héctor Lavoe, y su esfuerzo por afianzar su matrimonio con Lopez (segundo para él, tercero para ella), Anthony parece encontrarse en un cruce de caminos.

"Puede hacer lo que quiera, películas, discos, shows en vivo, televisión, porque le gusta a la gente, es un verdadero privilegiado en eso", dice Leon Ichaso, el director de El cantante y Crossover dreams. "Pero el público va y viene, y él debe buscar su camino una y otra vez. Es siempre un riesgo quedarse quieto para alguien tan dinámico como Marc, pero parece que sabe manejar los tiempos".

Sin embargo, Iconos es el primer álbum de Anthony con nuevo material desde la banda sonora de El cantante, un intervalo inusualmente largo incluso para él. "Lo normal es que preparar un álbum lleve tres o cuatro años", dice. Uno de los motivos es su meticulosidad para elegir las canciones que va a grabar. Para Iconos comenzó con cerca de seiscientos temas, que se redujeron primero a cuarenta y cinco y finalmente a ocho.

TRABAJO. "Estamos pisando el acelerador para terminar un álbum de salsa para fines del verano", cuanta Anthony, quien también emprenderá una gira por los Estados Unidos que incluye una presentación en el Madison Square Garden el 10 de setiembre.

Entre tanto, Anthony continúa el costado actoral de su carrera. Aparecerá en dos de los diez episodios de la inminente segunda temporada de la serie televisiva Hawthorne, el drama médico de TNT protagonizada por Jada Pinkett-Smith, donde interpretará al rudo ex-policía neoyorquino convertido en el detective privado Nick Renata.

Pinkett-Smith, que algo sabe acerca de músicos que se convierten en actores y viceversa, en parte por su propia experiencia y en parte por su casamiento con Will Smith, piensa que Nick Renata puede convertirse en una figura permanente en la serie, y en el interés romántico de su propio personaje. También ha elogiado a Anthony por proporcionar durante el rodaje el mismo sentido del drama y la habilidad para improvisar que exhibe sobre el escenario".

"Cuando escuchas la música de Marc, te das cuenta que se ubica en un espacio muy emocional, y tiene la capacidad de trasladar esa habilidad de una plataforma a otra", dice Pinkett-Smith, también productora del programa. "Es muy espontáneo, y fue estimulante cuan importante es permanecer fresco y abierto a las cosas. Es como tener cerca a un niño particularmente inteligente".

jueves, 17 de junio de 2010

Héctor Lavoe, un ícono de la salsa


Héctor Juan Pérez, conocido como Héctor Lavoe, desde temprana edad sintió los golpes de la vida. A los siete años falleció su madre y a los 17, debió viajar a Nueva York en búsqueda de un mejor futuro.


En dicha ciudad, Pérez conoció a Willie Colón y Johnny Pacheco, copropietario del sello Fania Records y formó parte de la banda del primero, logrando varios éxitos. En el circuito salsero de Nueva York, la banda fue conocida como The Bad Boys. El binomio Willie Colón y Héctor Lavoe es considerado, tanto por la crítica como por los admiradores, como uno de los más importantes de la historia de la salsa.


En 1973, Colón se separó de su banda, dejándosela a Héctor Lavoe, quien en 1975, inicia su carrera y lanza los discos La voz, De ti depende y Comedia, que contenía la canción que se convertiría en su estandarte, compuesta por Rubén Blades, El cantante.


Entre otra de las desgracias que vivió Lavoe, está la fractura de sus piernas, en 1980, al saltar por la ventana de su apartamento de Queens, debido a un incendio.

Suicidio
En junio de 1988, intentó suicidarse lanzándose del noveno piso de un hotel al vacío. La caída no le produjo la muerte, pero sí la parálisis de medio cuerpo.


La depresión en que se hallaba, su situación económica, el asesinato de su hermano y suegra, la muerte de sus padres y la muerte accidental de su hijo fueron el empujón que faltó para que este artista cayera definitivamente, por lo que permaneció retirado en Nueva York, aunque el año de su fallecimiento salió al mercado un último disco, Héctor Lavoe & Van Lester: The Master and the Protege. (MMM)