lunes, 16 de febrero de 2009

Willie Colón: El corazón guerrero de un innovador

A pesar de todo lo realizado en su carrera, Willie Colón no vive del recuerdo. No se ha quedado aplaudiendo sus logros en las diferentes etapas de su vida. Es un inconforme. La exploración ha sido su signo. De ahí su discrepancia con el término "salsa": "La salsa no es un ritmo sino un concepto", dice Willie. Lo prueba su reciente disco "El malo II: Prisioneros del mambo" con el que, según él, cierra el ciclo que empezó en 1966 con su primer disco, titulado precisamente El malo, y que estrenará en Lima el próximo 12 de marzo.



Ni la expectante posición política que ocupa en Nueva York ni su fama de leyenda lo han vuelto complaciente en su discurso. Ni en su manera aguerrida de tocar el trombón que forjó por influencia de Barry Rogers.



Porque sabe lo que él significa en la industria musical latina es que se atrevió a cuestionar la película sobre Lavoe que hizo la dupla de Marc Anthony y Jennifer López. Porque sabe de su autoridad es que hace un tiempo se atrevió a decir: "No pienso ser un trofeo de caza más en la pared de David Byrne", tras participar en el disco Rei Momo del músico escocés. Y, por todo esto, es que también se ha atrevido a cuestionar el rol de la familia Estefan en la música.



A los 16 años, Willie ya dirigía su propia banda de trombones rajados y sonido callejero. No aguantaba pulgas, menos de cualquier espectador que le dijera algo inoportuno. Lucía la actitud de aquel que se forja en las duras calles de Nueva York. Acompañado del sonido arisco de su trombón de vara, y de la voz visceral de Héctor Lavoe. La escena se completa con las portadas de perfiles delincuenciales que tenían sus discos en esta etapa con Lavoe. Aquí ya está lo que se dio en llamar salsa-narrativa, como también están la influencia brasilera y de los ritmos típicos de Puerto Rico.



Aunque siempre hizo coros, graba su primer tema como cantante en 1975. Es el tiempo que formaba la poderosa dupla con Rubén Blades que decide convertirse en cantante solista y semejante osadía para una voz nasal y tan peculiar, se ve recompensada con éxitos propios y discos que ganan el respeto de melómanos. Nos referimos, por ejemplo, a la salsa-sinfónica de su disco "Solo" (el poema épico Nueva York y el instrumental Chinacubana son unas bellezas), a la salsa-ballet "Baquiné de los angelitos negros", a su reelaboración de canciones brasileras ("Oh qué será", "Mi sueño", "Miel"), a las sonoridades charangueras nuevas y electrónicas por las que transita, sin que esto implique que deje su trombón. Sin que esto implique que deje las exploraciones, como lo hace en la salsa-rap "Scandal" en inglés y español, mucho antes que el reggaeton. Sin que haya dejado el filo social ni político y menos la crítica ni el refranero que lo caracteriza como su sello de barrio ni el humor y el cinismo tan propios de él. Ahí están "La era nuclear", "El general" (sobre las dictaduras), "Simón, el gran varón" (sobre el Sida) y "Talento de televisión" con su verso burlesco que dice "No tiene talento pero es buenamoza".Y a pesar de todas sus innovaciones, muchas de sus canciones siguen siendo cantadas y bailadas por el público. El nieto de Doña Toña sigue siendo El Malo del Bronx. ¡Guapea Willie Colón!



Dosis de sus diferentes etapas y de su reciente disco "El malo II: Prisioneros del mambo", tendremos ocasión de disfrutar en vivo y en directo el 12 de marzo en el Estadio Monumental. El megaevento es Salsa de película y tiene como otro de sus protagonistas a Marc Anthony y su orquesta. La venta de entradas para este mega evento está teniendo un éxito rotundo a menos de un mes de realizarse el concierto. Para alegría de los salseros aún se pueden adquirir en Tu Entrada de Plaza Vea y Vivanda.

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